Propuesta, tan dulce como el helado especial.

Laura aceptó una invitación a comer helado de un amigo que desde de la secundaria estaba enamorado de ella. Carlos, la cita para una heladería muy famosa en la cuidad, él llega temprano al sitio y de inmediato conversa con uno de los empleados que se convierte en cómplice.

Cuando llega Laura a la heladería el empleado la escolta hasta donde se encontraba Carlos y al verse saltan chispas de amor de los ojos de ambos. Y Laura inmediatamente se pone nerviosa al no saber que hacer con lo que estaba sintiendo en ese momento, mientras tanto Carlos intenta entablar una conversación pero comienza a titubear, seguidamente un silencio incómodo se hace presente ante esta pareja.

Para romper el momento incómodo se disponen a pedir un helado especial que está en la carta, mientras esperan la atmosfera está como cargada de sentimientos que no podían definir.

En cuestión de minutos su orden ya estaba en la mesa, un helado enorme frente a los ojos de ambos y se disponen a comer casi al mismo tiempo y el dulce sabor fue tan bueno ante sus papilas que ambos comenzaron poco a poco a hablar de lo sabroso que estaba y como la fusión de sabores hacían del momento algo delicioso.

Cuando menos acuerdan, terminaron su helado y aun estaban charlando. En definitiva lo mismo que causó una limitación entre ambos pudo hacer florecer ese gusto que ambos sentían el uno por el otro. Carlos lleno de valor da el paso de declarar el amor a la hermosa Laura y pedirle que lo aceptara como novio. Ella acepta la dulce propuesta amor, tan dulce como el helado especial que había saboreado unos minutos atrás.