Elige una palabra, pinta una historia #25

  Seleccionar una palabra para inspirarnos en la creación de una historia, es la oportunidad perfecta para que nuestra imaginación vuele y así, crear un relato donde el arte de la escritura se fomente en nuestras habilidades. Debido a esto, participar en la iniciativa de @senehasa es un placer para mí, ya que ella nos brinda esta opción. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

La vida en fragmentos

Jacinto, tienes memoria de elefante

  Es el elogio que Jacinto recibe desde que es un adolescente. Este alago es motivador para él y, dicha habilidad le enorgullece, ya que cuando está reunido con sus familiares y amigos, les recuerda con detalles las anécdotas que han disfrutado juntos.

  La habilidad mental de Jacinto es tan impresionante que, no necesita tener anotaciones de la administración de su hacienda, porque recuerda cuánto ganado posee y todos los movimientos financieros que hay en su propiedad diariamente.

  El tiempo ha continuado su curso. Jacinto ya tiene 65 años de edad y, aún es admirado por tener una memoria brillante, pero unos cuantos días después de festejar su nueva vuelta al sol, algo muy trascendental marcó un cambio en él y, al percibirlo, se desconcierta al punto de que, siente que su corazón se va a salir debido a los latidos descontrolados que tiene.

Hija, ¿Qué edad tengo?

  Fue la pregunta que hizo después de intentar recordar su edad durante treinta minutos. Su hija notó las facciones desesperadas de Jacinto. Lo abrazó, acarició y, con una voz melodiosa, le dijo que estaba cumpliendo 65 maravillosos años.

  Para Ana, la pregunta de su papá le indicó que había llegado el momento de hacerle un examen neurológico, porque ella, al ser neuróloga, sabía que esa era una alerta que no se podía minimizar. Con los nervios a flor de piel, habla con su mamá sobre sus sospechas y, juntas, le explican a Jacinto la importancia que tiene practicarse dicha evaluación. Él, agobiado por la noticia que le están revelando, se ha quebrado en llanto y decide abrazarlas para reconfortarse.

  El día de la extensa evaluación de Jacinto ha llegado. Además de su esposa e hija, sus hermanos y sobrinos, lo están acompañando. Al finalizar las pruebas y con los resultados del diagnóstico en sus manos, Ana, proyecta su quebradiza, diciendo:

Papito, ¡Tienes Alzheimer!

  En ese momento, Jacinto se congela y ve cómo toda su vida pasa ante sus ojos. El silencio se apodera del lugar durante varios segundos y, su esposa lo quiebra cuando le dice que ellos serán su rompecabezas, generando así que todos los abracen al unísono.

  Jacinto ha comenzado un proceso de terapias que estimulan sus recuerdos. Algunos días tiene olvidos, pero hay otros donde la lucidez lo acompaña y, así, transcurren los primeros dos años después del diagnóstico. Su familia lo apoya con los ejercicios de memoria; entre fotografías, videos y extensas conversaciones con anécdotas amorosas se van los días, pero los recuerdos de Jacinto son cada vez menos. A sus 87 años de edad, no reconoce a sus seres queridos y, su vida la ve en los gigantescos fragmentos audiovisuales que le han diseñado.

  El Alzheimer, finalmente cobró la vida de Jacinto y, esta experiencia, le enseñó a su familia que, los momentos especiales son el mayor tesoro que se tiene y, cada vivencia, es una pieza que unificará el rompecabezas de nuestra vida. Por ello, hay que disfrutar la existencia recordando con la memoria de elefante que, durante varios años, tuvo Jacinto.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!