Ustedes dirán que los gatos son mi tema favorito, mi objetivo fotográfico, los protagonistas de mis anécdotas, los dueños de mi casa… Y tienen razón. Pero ya verán que no soy yo quien anda tras ellos sino ellos quienes me buscan. Y aunque este es un post de fotografía, debo explicar cómo llegó ese gato a ser el motivo de mis imágenes si ni siquiera es uno de mis gatos.

Hoy, estuve como cada día trabajando en mi taller de costura y escuché unos maullidos muy particulares que venían desde la calle. Los ignoré porque Mirri, el gato que me acompaña en mi taller, conoce bien la entrada y no llora para entrar al local sino solo para reclamar la comida. Estos maullidos no eran de Mirri.