_{Hans Andersen Brendekilde (Braendekilde, Dinamarca (1.857-1.942) / F}
Aquella mañana fría, entumecía los rostros de Richard y Margaret, una despedida ciertamente amarga marcada por el destino para abrazar una promesa de una vida juntos. Una promesa tan brillante como la luz del Sol que se filtra entre los árboles primaverales que solo el amor puede dibujar con perfectos destellos.

_{La despedida (1.888 - 1.891) / F}
Esos mismos destellos iluminaban la mirada de Margaret mientras Richard exclamaba su promesa de amor cobijando sus manos:

- ¡Regresaré por ti!

Margaret asentía con esperanza pero con incertidumbre, mientras su labios susurraban:

- ¡Aquí te estaré esperando!

Pasaron cinco años en un abrir y cerrar de ojos como sombras dilatadas en los recuerdos de Richard. Lograr fortuna en la ciudad se había convertido en un tornado apasionado de esfuerzos que lo acercaban cada vez más al éxito, pero también punzaba a su corazón de una soledad infranqueable.

Su éxito estaba haciendo historia en sus círculos, sin embargo, solo le importaba su historia de amor con Margaret que se desvanecía lentamente en la distancia.

_{Un camino rural (1.893) / F}
Richard, finalmente regresaba al pueblo, divisaba el camino rural que lucía igual que hace cinco años como si el tiempo se hubiese detenido desde entonces en aquel paisaje olvidado del mundo.

En su cabeza resonaba el eco de la promesa perdida cada vez que acortaba la distancia a su destino, su corazón se estremecía con fuerza al imaginar en su pensamiento el abrazo de Margaret, su sonrisa cómplice y el futuro que habían planeado juntos.

En el camino rural se encontraba frente a frente a los padres de Margaret. Sus apenados rostros se llenaron de sorpresa al verle. Una niña se asomaba tímidamente detrás del anciano padre de Margaret, sus ojos brillantes y cabellos rizados, evocaban un resplandor como la luz del Sol que filtraba los árboles primaverales.

La alegría del encuentro desapareció dramáticamente cuando retumbaban en sus oídos dos noticias que cambiarían su vida para siempre.

La madre de Margaret con sus ojos sollozos le dijo a Richard con tono de voz temblorosa y triste:

-¡Margaret falleció el año pasado!

Richard había sufrido un duro golpe en el alma rompiéndola en mil pedazos, una pérdida que lo devastaba dejando un gran vacío que jamás podría llenar.

En medio de aquel dramático momento, la pequeña niña se hacía más visible y familiar, su mirada combinada con su gesticulación, revelaba en cada guiño rasgos inconfundibles de Margaret.

Richard comenzaba a reconocer una conexión entre ellos, un vínculo sagrado del más puro amor que solo un padre puede sentir por su hija, un milagro que la vida le había regalado.

El tiempo pasaba, los días se convirtieron en semanas, la inexorable sabiduría del tiempo se abría paso en la reconstrucción de la vida de Richard. La presencia de su hija en su vida comenzaba a mitigar su dolor, en cada sonrisa compartida que llenaba el aire que respiraba lleno de vida y ternura, el pegamento perfecto para unir los pedazos de su alma rota y su corazón partido.

Richard encontró un camino de esperanza y un nuevo comienzo, inspirado en un regalo como el eco de una promesa de amor. Su hija, en la luz de su inocencia, destellaba un futuro inesperado que llenaba su corazón de alegría, esperanza y amor puro.

F I N

• El autor de las obras: Hans Andersen Brendekilde, Braendekilde, Dinamarca (1.857-1.942)
• Las imágenes fueron presentadas con canva.com
• Invito a participar a: @paholags @marito74 @genomil @cruzamilcar63 @dasudi @dove11 @wakeupkitty
• Información del concurso en el siguiente enlace de @solperez

¡Gracias por su visita!