Recibí en el encuentro del solsticio de invierno casi treinta semillas de girasol y estuve muy contento por los significados que enseguida asocie a esa hermosa flor. Lo primero es que ella rota en función del ciclo diario de sol, (lo sigue de día y descansa de noche). Luego lo productiva que en si misma al generar sus semillas. Tercero lo deliciosas, alimenticias y energizantes que son sus semillas. (Me encantan comerlas solas y en barras de granolas)

Bueno, leí las instrucciones de siembra que me dejó la amiga, también investigué la manera de sembrarlas, su ciclo de germinación entre otras cosas. Procedí a sembrarlas la tarde del 25 de diciembre en germinadores usando cartones de huevos. Cerni tierra abonada y coloqué una semilla en cada espacio. Ubiqué el germinador en una ventana para que recibiera mucho sol durante el día. Esperé los 10-12 días que en teoría requieren las semillas para brotar de la tierra, y nada. Nada de nada.

Mi primera reacción fue entrar en pánico, ¿Qué iba a pasar con mis deseos?... y me entristecí. A los días decido investigar mejor que pudo haber pasado y el universo me regaló varios consejos para cuando quiera poner a germinar mis deseos (digo mis semillas). Acá les comparto: