¡Querido diario!
Dando gracias al creador por disfrutar de otro día colmado de salud, paz y prosperidad me aliento a escribir un nuevo capítulo de los acontecimientos más importantes que me enseñaron varias cosas hoy; porque de toda situación recibimos una o varias enseñanzas. Esta mañana he despertado antes de las 03:00 horas para irme a la cola de la gasolinera estación de servicio Monagas, antigua DIGECOM, ubicada en la avenida Alirio Ugarte Pelayo de Maturín, estado Monagas. Me hace compañía Dios y mi hijo @ing-jesus, aunque la gasolinera comienza a prestar sus servicios a las 07:30 horas, debo estar con unas 4 horas de anticipación para garantizar que mi vehículo esté entre las primeras 150 unidades automotrices porque es el estimado que anotan para que surtan 40 litros de gasolina; poca o ninguna oportunidad tiene quien ocupe un puesto superior a este número.

Distribuidor Bajo Guarapiche What3Words Es desalentador, pero en ocasiones me ha ocurrido que quede a dos o tres puestos del último vehículo marcado y no se suministra combustible a mi vehículo, porque me encuentro entre los mal llamados rezagados como les denominan a aquellos que alcanzan del 151 en adelante; así les dicen despectivamente algunos ciudadanos y funcionarios del orden público que custodian las instalaciones de combustible. El momento no es estresante porque @ing-jesus y yo nos ponemos a conversar temas varios, refrescamos nuestros rostros y brazos con suficiente agua fresca para soportar el inclemente sol que mantiene su impacto en un ambiente a no menos de 34 ºC o un poco más; la poca calidad del aire producto de la combustión, emisión de gases, humo y vapor de los vehículos que circulan por la transitada avenida Alirio Ugarte Pelayo y distribuidor Bajo Guarapiche, castigan nuestros pulmones y parecen querer cambiar nuestro modo de percibir la situación. Río-Guarapiche-2.png

Río-Guarapiche What3Words Jesús y yo nos hemos dedicado a observar por varias horas el maravilloso río Guarapiche que atraviesa el distribuidor que lleva su mismo nombre. La siempreverde vegetación, lento curso de agua turbia que arrastra arcillas y materia orgánica, un nublado firmamento que parece amigable con nubosidad abundante que solo es penetrada ocasionalmente por los calientes fotones de luz solar, junto con algunas aves y peces que realizan pequeños movimientos superficiales, llaman nuestra atención y nos hace olvidar la odisea que debe pasar un conductor para surtir combustible a su vehículo.

Estación de servicio C.C.DIGECOM What3Words Jesús se anima a tomar algunas fotografías y manifestar la importancia histórica, cultural y ecológica que representan estas aguas; reflexiona acerca de su degradación y contaminación producto de la actividad antropógena. Es algo bien complejo porque a escasos metros de donde estamos ubicados para el momento de las fotografías, se encuentra la fuente de captación que conduce el agua hacia la planta potabilizadora. Mientras más turbia esté el agua mayor cantidad de sulfato de aluminio Al₂(SO₄)₃ se emplea para clarificarla, puesto que es el químico utilizado para clarificarla durante el proceso de decantación de sólidos. Además, luego recibe las dosis de hipoclorito de sodio que van a eliminar bacterias, virus, hongos y cualquier agente patógeno presente. Así se garantiza la inocuidad y calidad del agua de consumo de acuerdo a los parámetros físicos, químicos y bacteriológicos establecidos en las normas sanitarias. Con poca visibilidad alcanzamos ver los tanques de la planta potabilizadora de agua que surte a agua a la ciudad de Maturín. Río-Guarapiche-3.png

Margen izquierda del río Guarapiche What3Words Llegando a las 03:00 horas hemos obtenido el puesto 133, así que estamos seguros que se surtirá combustible en las próximas 6 o 7 horas, porque el proceso es lento; el cobro lo realiza una persona que está situada en el primer nivel de una estructura que posee una escalera metálica no segura con al menos 27 escalones. El vehículo se estaciona fuera del área de suministro y uno debe trasladarse a unos 42 metros de distancia para realizar el pago, el cual se puede hacer por tarjeta de débito o divisa americana, cada litro de gasolina tiene un costo de $0.5 o su equivalente en moneda nacional. Mi vehículo tiene una capacidad de 45 litros de gasolina, después de 7 horas de espera en la cola he llegado a la caseta de pago y facturé 40 litros ($20) estimando que agarra esa cantidad; sin embargo, el flotador del tanque de la gasolina se ha activado y cerró para permitir solo 37.3 litros de combustible. Esto supuso que perdiera el resto porque no realizan devolución de dinero, ni entregan un comprobante donde conste que tengo saldo de combustible a favor para ser cobrado en compras futuras; menos, permiten que se le autorice en el llenado a otro vehículo, bien sea amigo, familiar o simplemente el conductor del vehículo que continúa en la cola. Un sistema bien complicado de comprender porque penosamente da a entender que se despoje arbitrariamente a una persona de un producto o servicio que ya se ha cancelado. A respirar profundo y retirarse del lugar antes que el cortisol se apodere del organismo y deba dirigirse uno a la farmacia para comprar alguna droga analgésica que le calme el dolor de cabeza producto de la impotencia por el abuso experimentado.

De vuelta en el apartamento, me esperaba una refrescante ducha y exquisito pollo con pasta, caraotas y tajadas... 😋 Después de haber pasado 7 horas en cola con un poco de café y un par de panes tostados con queso, era digno ingerir esta cantidad de proteínas y carbohidratos. En la noche cuando pensaba descansar hasta el día siguiente, toca a la puerta mi vecino Richard para solicitarme que le colabore con la revisión de su computadora que no enciende; como quería descansar no perdí tiempo y me dirigí hasta su apartamento, el problema era típico de memoria RAM, así que enseguida destapé el CPU y extraje la tarjeta de memoria con capacidad de 1 GB para limpiarla y volver a instalarla.

Como intercambié la tarjeta en los zócalos de memoria RAM y en ninguno funcionó el módulo que contenía la máquina, me regresé al apartamento y saqué dos módulos de memoria RAM 1 GB compatibles con la tarjeta madre del CPU, los cuales había sustituido de mi antigua máquina. No los iba a usar más porque cambié en su totalidad el CPU, así que fui y coloqué ambos módulos y coloqué el dañado en uno de los estuches para entregárselo a mi amigo. Por supuesto, le dije que lo deseche porque está dañado y no tiene reparación. Al ensamblar y oprimir el botón de encendido, la máquina cargó efectivamente el sistema operativo. Asunto solucionado. Mi amigo insistió en pagarme o entregarme una gratificación pecuniaria que no acepté porque había guardado esas tarjetas RAM con la finalidad de obsequiarlas a quien las necesitara.

Así fue mi día...

Las fotografías fueron tomadas con un Smarphone iPhone 6. Editadas en Paint Windows 10